Mi amigo el cornudo

¿Hola, como estas?, Cornudo

No se si estarás ahora en tu casa recién llegado o aun en el laburo tratando de juntar el mango para llegar a fin demás. Tu esposa, mientras vos la yugas debe estar comiéndose a alguno de sus amantes.

No, no soy forro, no te estoy molestando, lo digo de verdad porque ella esta en casa y candidatos no le deben faltar. Vos no estas, vivís para el laburo y cuando llegas a tu casa no rendís como ella necesita. Llegas cansado, a veces te vas a ver el partido con tus amigos a un bar o te vas a un asado y ella sigue sola en la casa. 

¿Sola, de verdad te la crees?

Esta bien, hay que entenderla y yo se que vos lo sabes y lo pensas. Pensas todo el día en ella lamiendo la pija de alguien mas. Te calienta hacerte esa película, imaginarla haciendo esas cosas que con vos no hace porque le dan vergüenza o porque vos sos tan pajero que no se las pedís. Te falta huevo para hacer con ella lo que finalmente otro disfruta con tu compañera de vida.

Tenes una vida triste, gris, con faltantes y carencias; te esforzas como loco para que ella, mal que mal, tenga lo que necesita. Sos un tipo de los de antes, sos de los que creen que la mujer debe estar en la casa y que el hombre debe proveer; así vivís pobre con un solo sueldo que es una porquería, compras lechuga con tarjeta de crédito en 6 cuotas porque no tenes un mango y te crees un luchador de la vida. Lo que sos es un cornudo.

No es que seas un pobre gil, porque la pobreza es normal, eso pasa en un sistema económico que se basa en que hay ricos y hay pobres; vos sos pobre pero con aires de grandeza, un muerto resucitado, un piojento.

Hasta ahí sos normal. Tu característica fundamental no es la pobreza, es lo cornudo.

Sos un cornudo y lo sabes, se podría decir que eso te da una identidad; hay ingenieros, doctores, músicos, drogadictos y hay cornudos.

Vos estas en ese ultimo grupo y eso te agrada porque finalmente es lo que te define, lo que te da un motivo en la vida.

¿Para que ir a trabajar como un burro y seguir siendo un miserable?  Para ser cornudo.

Que vos seas cornudo hace feliz a tu esposa y eso habla bien de vos, eso te hace buen tipo, un gran tipo; con unos cuernos enormes.

Llegas a casa y la ves contenta, quizás semidesnuda pero sin haberse bañado ni preparado la ducha... clavado, te cago.

Lo pensas cuando llegas, todos los días cuando llegas; quizás estuvo meta bomba y bomba en tu cama con un fulano, alguien que conoces pero quizás un perfecto desconocido.

Eso te clienta.

Estas trabajando y pensas en que te esta cagando y esa sensación primaria de cierto enojo se transforma en placer. Podes verla en tu mente, podes hasta sentirla suspirar. Las imágenes inundan tu cabeza, los olores a su sexo húmedo y caliente aturden tus sentidos, es como estar ahí en persona viéndolo, en la primera línea de butacas del cine porno. Vos miras, no participas porque además de cornudo sos pajero.

¿Te espera con el mate?. Que lindo, llegas cansado y ella tiene ahí la pava lista, el mate correctamente ensillado; ensillo el mate, no cambio la yerba entera, solo una parte, así que básicamente seguís tomando del mate que le cebo al otro. Mate va, mate viene, algún resto de esperma te terminas tragando. 

¿Quién se lava la boca después de mamar pija? y típico que se la chupo, trago y después se besaron, así que si no lo dejo ella al esperma en la bombilla, lo dejo él... con toda intensión para que te llegue a vos.

Un cornudo siempre termina probando la lechita del corneador, eso es una verdad del tamaño del coliseo romano.

¿Te imaginas siendo él?. Claro, en algún punto te gustaría ser él porque vos no la haces así de feliz, vos sabes como buen cornudo que sos, que nada disfruta mas una esposa que la pija del corneador.

El marido sirve como entremés y no es la escena principal, es una colación entre cada comida, no alcanza a ser la empanadita para engañar el estomago mientras se espera el plato fuerte.

El corneador, el que te adorna la mollera es el conejo frente al perro galgo y vos, que sos el galgo corres y corres para llegar nunca a ningún lado, porque siempre llegas ultimo. No alcanzas a satisfacer a tu esposa, lo hace el corneador. No llegas primero a culear con ella porque cuando vos la vas a poner, él la puso antes.

Vos chupas la vagina de tu esposa, después de que él haya dejado allí su semen. Las pastillas anticonceptivas no son por vos, son por él. Y si usaron forro, el saborcito a silicona con espermicida, lo saboreas vos.

Te encantaría rendir en la cama como lo hace él. Pero no podes y lo único que realmente te pone al pija a mil y te hace hinchar los huevos de la acumulación de guasca, es pensar como el corneador hace feliz a tu esposa.

Gozas imaginando la que pudiera ser la pose mas triste de todas, el misionero, pero a vos te gusta imaginarla a ella acostada, de gambas abiertas y él encima entrándole con sus glúteos resplandecientes por la luz que se refleja en el sudor de sus carnes.

Has llegado hasta la herejía imaginando la escena; te cuesta confesarlo pero te encantaría que te de a vos también. y si no te paso ahora, te va a pasar porque él es el macho que vos no podes ser y esa admiración que sentís por tu mujer, por como goza y la pasa tan bien es algo que terminas deseando para vos.

No solo te moris de placer imaginando su boca sobre el glande del corneador, llegas a desear que esa boca fuese la tuya.

Y lo mas gracioso es que en tu fantasía él debe ser un tipo con una pija enorme, de largas dimensiones pero en realidad no es tan así. Alguno de ellos la debe tener por debajo de los 11 centímetros, pero sabe coger. 

Lo importante es mas bien lo grueso y el largo mientras estimule bien el clítoris, mejor será. Pero además, de seguro le chupa bien la conchita, cosa que vos no haces porque sos tan pavo que chupas el agujerito en lugar del clítoris y no sabes a ciencia cierta cual es el meato y cual la el agujero vagina. El día en que mas despierto estas es cuando ella esta menstruando; a vos no te da el culo y te cuesta un triunfo lograr un premio semejante.

¿Nunca te preguntaste por que motivo tiene un frasquito de "muelita" en el cajón de la mesa de luz?

Vos soñas con que el corneador tiene pija grande porque ese es tu sueño, es lo que fantaseas porque eso viste hasta el hartazgo en el porno, con eso soñaste siempre, con ser pijudo y que cuando apenas entras a un lugar, decís "hola" y a alguna mina se le cae el calzón. Soñas con esas poses visualmente perfectas en la terminas viendo con suma atención y deseo, la pija del actor.

Pero no sos así, y si la tenes larga la usas mal; tu esposa no es la super model del porno y la pared sin revoque de tu casa con techo de chapa no es el costoso escenario de película clase B del mundo triple x.

El gordo Torbe la pone mas que vos, su pija chica rinde mas que la tuya.

Sos el director de tu propia película, una que no ves en directo y que solo existe cuando te imaginas que estará haciendo tu esposa mientras trabajas y soportas gente de mierda a tu alrededor.

Ese placer único de saberte corneado, de pensar en esas imágenes, hace que tu día a día valga la pena; te da alegría, ha dado cientos de miles de pajas a escondidas en el baño.

Gracias a eso te has quedado mirando a tu esposa como embobado y recorriendo visualmente cada centímetro de su boca, mirando su escote, sus pechos, metiendo ojo por cada resquicio y pliego de de sus exuberantes carnes engordadas a base de fideos caseros, tortas asadas rempujadas con mate dulce; la comida de los pobres. Pero sabes, también sabes, que come carne y la ves, miras su boca es como estar ahí mismo cuando esta comiéndole la pija al fulano, ves sus pechos y sentís como sus pezones se endurecen por la lengua del corneador; miras su culo y sabes que otra lengua estuvo dilatando ese agujero.

Si habrás sentido, sobre todo en verano, ese olorcito ajeno en las sabanas usadas; habrás visto en invierno mas de un lamparon manchando con su irregular redondez la frazada y has pasado la mano por ese almidonoso oasis seco sintiendo una extra añoranza por algo que vos, claramente, no viviste.

Apoyar la cabeza en la almohada que el corneador usa sentándose encima o apoyándole la verga sudada y pringosa después de haber eyaculado, toda esas señales que te dicen que sos un cornudo, te gusta. Eso es el placer del cornudo.

Un placer que para coronarse tiene dos requerimientos básicos, pueden darse juntos lo cual seria el sumun del cornudo. Uno, como es lógico es estar ahí viéndolo y colaborándole al coneador con todo lo que necesita y pueda requerir, siendo incluso su victima carnal que es el deseo mas profundo y secreto de un cornudo.

Pero el otro caso, el otro requerimiento para el placer total es que te diga papá el resultado de esos encuentros apasionados. Que labures para alimentar a ese pequeño ser concebido por el corneador y tu esposa; que saques a pasear a esa cría para que el corneador pueda ir a atender a tu esposa es tu máxima coronación como corneta y tu ultima satisfacción.

Pulsiones Anales

El día sábado es el día que mas disfruto, lo hago en soledad pero con mucha alegría. Es un día para mi, es mi día y es cuando puedo dar lugar a mi otro yo.
Quedo solo en casa, mi hija de llegar no lo hará hasta después de las 7 de la tarde ya que vive fuera y mi esposa trabaja los sábados por la mañana y pasado el mediodía.
Aprovecho para levantarme temprano, cuando mi esposa deja la casa  voy al baño, me doy una ducha caliente y me relajo bajo la lluvia ardiente,en ocasiones lleno la tina para quedarme un buen rato sumergido en el agua calentita.
Como es lógico aprovecho para comenzar con mis masajes anales bajo el agua. Siempre que estoy solo y voy a darme un baño lo hago llevando mi butt plug.
Suelo utilizar vaselina o algún acondicionador de cabello, uno suave, sin mayores componentes químicos; solo un poco para untar el orificio anal y el juguete.
El lavado, o el descanso, con agua caliente es fundamental para dilatar mejor y lo patinoso de la vaselina o del acondicionador me ayudan en la penetración y reducir la fricción del juguete con mi piel.
Compre el butt plug junto a un vibrador, básicamente el vibrador seria para mi esposa y el butt plug para mi pero soy yo quien los utiliza a ambos, ella apenas alguna vez me pide que la masturbe con el vibro mientras devora mi pene en esos "69" gloriosos que solemos hacer mientras vemos alguna película los domingos por la noche en nuestro lecho caliente y suave.
Ella es mi fiel confidente, sabe que soy anal y me ayuda a disfrutar de tan hermoso placer pero en ocasiones necesito algo mas, una experiencia un poco mas fuerte, tengo que saciar mis hambres anales; esto en algún punto me avergüenza.
Mi deseo anal es tal que no puedo esperar alguna situación ocasional dentro del juego sexual amoroso, necesito satisfacer aquello que tanto postergue.
Por ahora solo puedo hacerlo con estos dos juguetes, lo próximo sera un arnés para mi esposa, luego algún amigo...para mi y para ella también, donde comen dos come tres y nuestra cama es amplia.
Luego del baño o el lavado caliente y profundo suelo aumentar el calor mirando algún videito en la red o fantaseando posibles encuentros furtivos.
Me siento frente al computador, con mi butt plug en su lugar predilecto, acariciando el miembro aun durmiente, tomando mates, leyendo noticias en la web hasta que llega el momento de la faena.
Las fantasías que rondan mi cabeza o el estimulo visual me acompañan en ese momento, son la voz de un ángel que al oído me instan al goce.
Me arrodillo en el suelo sosteniéndome con una de mis manos en la silla preferida que sirve de soporte a mi torso cuando me inclino completamente sobre ella, dejándome caer dispuesto y totalmente expuesto al placer.
Como un delincuente siendo esposado llevo mis brazos hacia atrás pero no hay cadenas que me aprisionen, soy libre y quito el butt plug suavemente en un movimiento de tres tiempos, retiro un poco y vuelvo a meterlo, lo retiro y lo entro, finalmente sale.
Mojo mi mano en vaselina o aceite de bebe, la paso por el túnel de tren que acabo de destapar; en ocasiones tengo cerca un espejo para poder verme, me apasiona llegar a ver la abertura anal, la dilatación en todo su esplendor.
El vibro tiene las pilas puestas y es el epicentro del movimiento sísmico que enloquece mis esfinteres anales. 
Suavemente va abriéndose paso, recibido por mis nalgas sonrientes y boquiabierta; su tope son unos 15 centímetros que se ensanchan diametralmente a unos 6 centímetros.
Comienza la danza perforadora, el vaivén, adelante y atrás, el giro en círculos, suavidad por momentos y furia en otros, termino desesperándome, azotándome como debe castigar a un esclavo díscolo. Soy un subyugado del placer, una victima intencional de la lujuria pecaminosa.
Siento el glande de silicona haciendo tope en el fango ardiente, profundo y húmedo de mi interior.
Los pozos de fango suelen ser sucios y un ano, por hermoso que sea, no es una excepción a la regla. Ocasionalmente siento necesidad de ir al baño por lo que luego de evacuar me higienizo con aguita caliente utilizando mis dedos. Puede parecer bizarro y desagradable pero no necesariamente es así, el higiene anal puede ser placentero, doy fe plena de ello.
Ademas de placentera la higiene anal es necesaria antes de la penetración "a pelo".
En cuatro patas vuelvo a ser un perro a medio trepar de su silla predilecta, la cena aun no termina y me esta faltando el postre.
Entro y salgo con mi vibrador una y otra vez de forma incansable, recuesto mi torso en la silla y mientras una mano presiona el juguete hacia adentro y lo muevo suavemente como puedo, la otra mano manosea mi pene semiflacido y húmedo, goteante.
Respiro suavemente, tomo aire profundamente y exhalo con un suspiro de placer mientras no dejo de penetrarme.
Entro y salgo dejando la punta dentro, nunca lo retiro completamente, entro y salgo, lo retiro, lo meto nuevamente, entro y salgo acelerando lentamente y finalmente embisto dos, tres, 5 veces con fuerza; siento un leve ardor.
Lo dejo dentro unos segundos, lo retiro, miro el vibrador, lo huelo, lo chuparía.
Siento una liberación increíble de energía, estoy casi deshecho. casi satisfecho.
Descanso brevemente mojando mis dedos en el jugo de mi pene y acariciado mi glande. Lo mantengo flacido y no quiero eyacular, me voy a bañar nuevamente y esperare a mi esposa para que sea ella quien me lleve finalmente al éxtasis.

¡Ay, Carmela!

A simple vista, Carmela, parecía tan insulsa como su nombre.
Si me decían que se trataba de una chica alta, flaca, de ojos verdes, labios carnosos con copioso cabello largo, castaño y algo ondulado podría haber dicho que era "La Mina" pero al verla, y aunque no puedo decir que sea fea, se reconoce cierto desanimo, una sensación en la boca del estomago que indica desilusión.
Carmela no es fea pero tiene formas aburridas, como fofa, tiene un atractivo extraño, algo exótico.
sus piernas son largas, su entrepierna algo abultada con forma de W bien marcada. Por detrás nalgas pomposas y redondas pero que parecen no ser muy fuertes, gelatinosas.
Tiene una leve panza, resaca de algún embarazo o de algunos kilos ganados en el pasado; caderas anchas y de difícil cintura.
Sus pechos no desbordan por el escote, dan la idea de necesitar de un sujetador fuerte para sostener y abultar, como si fuesen largos o estuviesen caídos.
Tiene una nariz imponente peor no grotesca, labios carnosos en una boca mediana; parece cansada, quizás por las leves bolsas bajo sus grandes ojos verdes.
Maestra jardinera, cambio los párvulo por las plantas y las flores. Trabaja en un local a dos cuadras del cementerio haciendo arreglos florales para cumpleaños, casamientos y carrozas fúnebres.
Domingo por medio solía comprarle un clavel para mi madre, así la conocí y aunque al comienzo no le preste atención con el tiempo la fui mirando mas detenidamente.
Como dije, no era ni muy linda ni muy fea, gano mi atención, me daba curiosidad.
Era acorde a su trabajo, laburaba con flores, colores, vida; a dos cuadras del cementerio.
Se veía tímida, hablaba poco y en tono suave. Con el correr del tiempo tomamos mas confianza, hablábamos tres palabras mas y menos formalmente, pero nunca dejo de tener ojos vergonzosos y tímidos.
Me masturbe en muchas ocasiones revisando su imagen, recordando sus formas.
Imaginar a esa mujer tímida, vergonzosa y algo alejada del tipo de mujer salvaje haciéndome delirar en la cama me daba mucho morbo.
Cada domingo en que me tocaba ir al cementerio pensaba cosas locas, como que me haría pasar, cerraría el local por unos minutos y me masturbaría con sus tetas detrás del mostrador.

Collar de Perlas


La oficina de la inmobiliaria donde pago el alquiler de la casa queda camino a mi trabajo, generalmente a esas tempranas horas de la mañana esta cerrado aun. Al ver que esta abierto decido volver, dejo la moto en la puerta y tímidamente golpe y abro la puerta al mismo tiempo que digo "Buenos días, permiso".

- He, si, si, adelante -dice una voz femenina, que creí era de Maria, al propietaria del negocio.

Estaba equivocado, era Luciana, su empleada.

-¡Que sorpresa! -le dije- No pensé que estaría abierto... ¿o aun no abres?-

-La verdad es que recién entro -me dijo mientras me señala la silla indicándome de esta forma que me sentase y se dirigió a cerrar la puerta.

-Si, no sabia si entrar o no porque vi casi todo oscuro y por el horario, pero aprovechando que paso y ya me voy al trabajo...me tire el lance.

-Me parece bien, no hay problemas. Maria esta de viajes así que estoy sola por unos días aprovecho en venir antes, tomo unos mates viendo algunas noticias por la web, reviso correos, armo la agenda de llamados que tengo que hacer y luego abro porque después comienza a llegar gente y se me hace un poco difícil organizar todo estando sola.

-¿Te puedo abonar ahora, entonces? -Consulte.

-Si, claro, no hay problema -dijo mientras se sentaba detrás del mostrador, frente a mi- es impresionante el calor que esta haciendo- agrego.

-Es insoportable porque ademas esta esa humedad espantosa que hace mas molesto el ambiente.

-Si, es cierto, una y ano sabe como salir vestida a la calle -agrego mientras se echaba el cabello hacia atrás y se abría su blusa.

-Hee, si -le dije algo distraído mientras la observaba- Si, pero vestido hay que salir para no tener inconvenientes.

-jaja, si es verdad -afirmo jocosa mientras desprendía un botón de su blusa y abría aun mas el escote.

-Seria mas cómodo andar así nomas -me sonrió y sentí como me bombeaba la sangre en la sien.

-Verdad que si -concenti- la verdad es que en casa ando sin ropas, llego del trabajo y tiro todo lo que traigo encima.

-jaja, que loco ¿y no tenes chicos?

-No soy solo.

-Ah, creí que estabas casado o algo así.

-Mi novia se queda cuando viene, esta trabajando fuera y viene solo los fines de semana hasta que le den el traslado, así que hasta ese momento dispongo del espacio para mi solo.

-Bueno, cuando vos quieras, entonces -me guiño el ojo mientras con una mano acercaba una lapicera.

Se quedo inclinada hacia mi, con su blusa abierta y sonriendo, sus brazos al costado de sus pechos parecían presionar echándolos hacia afuera del escote.
Sin despegar la vista de sus tetas amague tomar la lapicera pero no fui certero, tome su mano.
Se rió mirándome a los ojos y con una sonrisa picara bajo la vista hacia sus pechos y luego hacia el recibo de pago.
Time la lapicera y me dispuse a firmar sin poder dejar de mirar su escote, no fui para nada pudoroso en demostrar mi atracción por sus carnes.
En un segundo paso un ángel, absoluto silencio, yo miraba su tetas y ella abría su blusa como ventilándose el escote.
Solo atine a decir: -Perfecto.

-Llego el momento del pago -me dijo y me indico con gestos que pase por el costado del mostrador-, - veni -agrego con tono ladino-.

Me dirijo hacia su costado y me puse frente a ella, me miraba sonriente, yo estaba muy caliente y algo duro, metí mi mano en el bolsillo y frote mi pene.


-Tenes cambio -le dije con un hilo de voz-.

Ella bajo el cierre de mi bragueta y yo saque mi pene.
Lo metió en su boca y comenzó a mamar exquisitamente.
Sentí un placer descomunal, ella lo metió hasta su garganta, lo saco un poco y dio un par de lenguadetas mientras movía con sus dedos sobre la base del tronco. Me lo mamaba y lamia sin quitárselo de su boca, levantaba sus ojos para observarme, yo moría de placer.
En un momento mire hacia la puerta y me eche hacia atrás diciéndole que coloque llave.
-Ya puse llave, apenas entraste cerré la puerta -me informo mientras no dejaba de masturbarme-.

Reí y eche hacia atrás mi cabeza, cerrando los ojos que apuntaban al techo.

-Que rico lo chupas -le dije- si seguís así voy a eyacular.

-Siempre quise un collar de perlas, me dice como en un suspiro.

-Espera, espera -le dije intentando salirme de su boca, pero ella no me dejaba y su brazo pasado entre mis piernas, empujándome desde el culo hacia adelante, no me dejaba escapar-.
Apenas pudo balbucear -Dabmeb lba lebcheb (dame la leche).

No aguante mucho mas y comence a correrme en su boca, ella me libero y quitando la verga de su boca, ensucie con semen en su mentón y chorrie todo su pecho.

-Dame la lechita entre las tetas, si, que rico, papito, si -decía como repitiendo el guion de una película pornográfica, por alguna razón lo que digamos en un momento así no suena a nada mas que a eso, incluso cuando pretendamos ser románticos.

Yo me masturbaba intentando exprimir el pene.

-Haaa, que rico, toma -le decía mientras frotaba el glande entre sus pechos- Ahí tenes tu collar de perlas, ahí tenes tu collar -repetí.

Ella paso su mano por el semen, lo olfateo y me miro sonriente.

-Enseguida te doy el recibo -agrego.

-No hay dramas -le dije- cualquier cosa me llaman y pago otra vez -mientras ella volvía del lavatorio.

-El mes que viene trae billete chico, que el cambio esta difícil -dijo entregándome el recibo.
-Ok, no hay drama, nos vemos el mes que viene.

-Chau, nos vemos -se despidió.

Salí de allí y me fui a tomar un café en el bar shop de la estación del a esquina, uno bien cargado y en jarrita, con dos medias lunas.

Atarse la coleta para hacer una felación



Suele ser engorrosa la intromision de pelos en la boca o en la cabeza del pene cuando estas mamando, ademas de ser muy dificultosa la remoción de la lefa del cabello.

Pegging


Jugando con mi esposa ella se arrodillo sobre la cama. Se había quitado el sostén dejando libres sus hermosas tetas del tamaño de una manzana grande, con sus aureolas levemente chocolatadas de uno o dos centímetros de diámetro y unos grandes pezones de centímetro y medio de largo por unos 8 milímetros de diámetro.
Pezones para nada sutiles, grandes largos y carnosos. De esos pezones en los que uno puede colgar una percha. Hermosos para chupar, meterlos por completo en la boca abarcando la aureola completa y lengüeteándolo en su extensión, recorriéndolo a lo largo con los labios.
Una de las cosas que más me calienta de  las mujeres es el clítoris. Me encanta fantasear con el clítoris en mi boca, humedecer mis labios y tomarlo con ellos como besándolo, dándole pequeñas lamidas con la puntita de la lengua.
Prefiero los clítoris soberbios  y contundentes a los más sutiles y humildes, pero no excluyo ninguno. Esta preferencia sea, quizás, debida a que esta mas expuesto y accesible.
Me excita mucho poder verlo aparecer cuando hurgueteo la entrepierna de mi esposa.
Llevaba puesta una tanga color negra que por detrás se perdía entre las nalgas. Con su torso erguido, como demostrando orgullo, y su rostro pintado con los colores de la lujuria mas herética que se pueda imaginar me miro diciéndome lo endiablando de su espíritu y mientras sonreía vulgarmente hizo a un lado la suave tela negra satinada que cubría su rajita jugosa, levemente cubierta por pequeños velos cúbicos que lejos de ocasionarme una mala sensación me producen una suave sensación animalesca.
Frotaba sus manos y sus dedos por la vagina introduciendo el mayor y luego chupaba saboreando con su lengua que relamía ruidosamente sus labios. Me besó  y pude sentir el sabor de sus fluidos mas íntimos.
Puso sus dedos por ambos lados separando sus labios vaginales con el dedo índice y el mayor, asomo su clítoris brillante y rosadito. Es una pequeña guinda en almíbar y muero de deseos por chuparla. Estoy muy caliente, encuentro sentado frente a ella manoseando mi pene que va erectándose poco a poco mientras lo meneo con mis dedos índice y pulgar llevando el prepucio de arriba hacia abajo dejando caer saliva sobre el glande hinchado, humectándolo.
La observo lascivamente a los ojos y ella me dice:

-¡Chúpamela!

Me arrodillo frente a ella y me inclino llevando mi boca a su vagina, comienzo a pasar mi lengua por su clítoris, salivándolo. Con mis labios húmedos lo estimulo, besándolo, lo froto con mi boca en posición de "U" derramando saliva constantemente sobre el.

Con mi lengua comienzo a sobarlo como si fuese un dulce, un chupetín. Mi chica comienza a mover lentamente sus caderas hacia los costados y de arriba hacia abajo mientras con sus manos toma mi cabeza enredando sus dedos en mis cabellos musicalizando la escena con gemidos melosos y apasionados.

.¡Chúpala!, me dice, ¡Chúpala! y me tironea de los pelos hacia su pubis y a los costados.

-¡Chúpame la pija, papito, chupamela toda!, agrega con su voz algo impostada y concierta furia masculina.

Yo continúo lamiendo y comienzo a gemir y a decirle que si:

-Si, mmm, si, mamita, si.

-Sos mi putito ahora, chupala, chupa mi pequeña pija, dale, dale; me incentivaba ella.

Yo me masturbaba con una mano mientras me ayudaba para chuparla mejor con la otra, ella tironeaba de mis cabellos hacia atrás para verme a los ojos mientras susurraba salvajemente y yo estiraba la lengua.
Tomo mi cabeza con ambas manos y me llevo violentamente contra su vagina, frotándose en mi boca. Me baño en sus jugos. Me aparto un poco y me miro sacando su lengua desde la que comenzó a gotear saliva que cayo en mi boca abierta.
Me echo hacia atrás, yo me aleje dándome vueltas, de espaldas y ella golpeando mis nalgas me dice que así me quería tener.
Me retiene con sus manos en mis caderas y acerca su boca a mi trasero. Siento como echa aliento en mi raja y comienzo a sentir que me toca el orificio anal con su lengua.
La sensación de ser lamido es desesperante, llevo mi pecho hacia el colchón y separo mis piernas encorvándome lo más que puedo. Estoy totalmente expuesto y a disposición de ella que pasa una y otra vez su lengua por mi ano. Por momentos parece pretender abrir mas mi orificio intentando meter la punta de la lengua, la que pone tensa y dura cada vez que embiste con ella mi agujerito.
Siento como da vueltas alrededor del orificio y mueve la puntita en mi hoyito que de tanto ser estimulado se dilata poco a poco dando lugar a que la intromisión sea mayor.
Como si su lengua fuese poco comienza a estimularme con la yema  de sus dedos hasta que decide introducir uno de ellos suavemente y lubricándolo con su propia saliva.
No puedo negar el intenso placer  que siento. Tengo mi ano dilatado y a su disposición, siento mucho gozo en los esfínteres y siento una sensación de dureza en mi pene.

-¡Cogeme, cogeme!, le digo desesperado, mi voz esta claramente desencajada , preso de una sensación a la que por prejuicio huía resistiéndome.

- Te voy a romper el culo, me dice mientras sus dedos entran y salen de mi cuerpo.

Abre el cajón de su mesa de luz y toma un frasquito de vaselina.
Leva sus dedos a mi cara y los introduce en mi boca:

-Así sabe tu culo, agrega.

Yo chupo sus dedos como si fuesen un pene, deseando locamente que fuese un pene.

- Tengo mi clítoris hinchado y te voy a coger, me dice.

- Hazme tuyo -le pido- rómpeme el culito mamita, te quiero dentro mío- le digo enfurecido.

Ella toma del cajón su consolador y lo lubrica. Comienza a meterlo suavemente mientras yo manoseo mi pene y mis pelotas.
Lentamente el consolador se adueña de mi ano, el placer es intenso, mi esfínter esta relajado completamente. Siento una energía que se dispara desde el agujero y se irradia hacia los costados y hacia adentro llegando a un punto desde donde avanza hacia los testículos y el interior del pene.
Estoy arrodillado en cuatro patas siendo penetrado con un didlo, mi pene se siente duro y pido a mi esposa que me la chupe. Ella pasa su brazo derecho por entre mis piernas y me masturba mientras lame el perineo.
Sus dedos están babosos por los jugos de mi pene.
Decide cambiar su posición y pasa su cabeza entre mis piernas, boca arriba, introduciendo mi pene en su boca.
Muevo mi cuerpo para fornicar su rostro, literalmente estoy penetrándola por su boca, hundiendo mi verga hasta la profundidad de su garganta. Puedo sentir sus amígdalas, su calor húmedo.
Por el movimiento y la compleja manipulación del dildo, mi trasero lo deja caer quedando a la vista mi total exposición.
Me incorporo y me recuesto con mis piernas abiertas en posición ginecológica, mi mujer se arrodilla frente a mí, besa y lame mis piernas por la ingle y arremete con mis bolas a las que pareciera pretender comer.
Chupa mi pene y lo masturba mientras mete su dedo en mi culo.
Soy su puta y quiero tenerla dentro mió, le pido que me posea y ella lo hace.
Abro mis piernas y ayudo con mis dedos a introducir el dildo en mi ano. Puedo sentir la corriente de placer por mi estomago.
La penetración es un echo, yo masturbo mi pene mientras ella mueve el consolador hacia dentro y hacia fuera en movimientos que acompaña con su cuerpo como si realmente fuese su pene y me poseyera con cada embestida. De esa forma fui suyo y fui su puta por primera vez.

Ética profesional

No eran las 9 de la mañana cuando sonó el teléfono. Mi mujer me avisa que era Sandra, la chica del local de ropa al que suelo hacerle la mantención del computador que utiliza para llevar las ventas del local.
Protestando me levante y sin abrigarme fui directo al teléfono para no hacerla esperar. Quede en que en 20 minutos estaría por allí.
Me lave los dientes, orine y salí sin desayunar para poder llegar.
Cuando llegue al local ella estaba tras el mostrador tratando de hacer algo con la computadora que se negaba a funcionar.
Tiene los cábelos lisos que le llegan ala altura de sus hombros, flequillos a la altura de las cejas, piel tostada y un cuerpo atlético, bien ejercitado pero carnoso.
Suele usar alguna blusita escotada o remeras ajustadas, jeans azules bien ajustados, ceñidos al cuerpo y le encantan las botas, generalmente en tonos café.
Es una tortura ir a su local, siempre salgo de allí muy afectado, muy caliente, excitadísimo.
Intente encender el computador a ver que hacia. Iniciaba el sistema pero luego se producía un error y el pc se reiniciaba, así constantemente en un bucle interminable.
Le dije que me llevaría el cpu y en mi casa, tranquilo y sin incomodarla haría mi trabajo.
En eso entra una señora y comienza a consultarla. Sandra llevaba unas notas en un viejo cuaderno, el pc no había reemplazado definitivamente la costumbre de Sandra de hacer notas ala vieja usanza. 
Mienta ellas consultaba una lista de talles y modelos yo desconectaba los cables del ordenador. Ella se corre un momento y me dice que desconecte tranquilo que no me molesta.
Agachado a su lado pero algo más atrás me encontraba con sus nalgas frente a mi cara. Fue un momento eterno pese a durar casi un minuto.
Tarde bastante para sacar los cables con la excusa de que estaban algo enredados. No dejaba de observar sus piernas ajustadas en el jeans que se enterraba por completo entre sus nalgas marcando la forma de su cola turgente y carnosa.
Me mataban los deseos de aferrarme a sus piernas y comenzar a manosearla.
Pensé que cuando estuviese con mi esposa me abalanzaría sobre ella y me olvidaría por un buen momento del ordenador de Sandra.
Al llegar a casa me encontré solo y abandonado, Maria había salido a pagar unos impuestos y a hacer unas compras.
Desarme su case, quite su disco y lo coloque como esclavo en mi equipo.
Una vez en mi sistema procedí a escanear su disco en busca de virus, pero estaba limpio.
Decidí que rescataría sus archivos e instalaría nuevamente el sistema.
Comencé a buscar cosas que salvar, copie la base de datos del programa de ventas, el instalador ya lo tenia. Entre a la carpeta "mis documentos" y vi que había varias carpetas con fotografías que no pude resistirme a mirar.
Me encontré con varias fotos de Sandra con su familia. Sus hermanas, su madre, amigas, su novio, fotos de la playa, del cumpleaños.
No pude dejar de examinar a fondo esas carpetas y sentí una gran excitación al hacerlo.
Me guarde copia de varias fotos, había unas muy buenas de ella con sus amigas, de su hermana y su madre. De las vacaciones en Mar del Plata había varias interesantes donde tomaba sol en la playa, fotos jugando con su novio arrojándose arena y esas cosas. Usaba un bikini color violeta que le quedaba infernal, su colita con arena, medio cachetito al descubierto con la tanguita hundía entre sus nalgas me pareció tierno pero caliente, muy caliente.
Comencé a masturbarme con esas fotos. Las fotos de su cumpleaños me gustaron mucho también pese a que eran fotos familiares. Las fotos donde se ven sus rostros en primeros planos me parecieron hermosas y fueron inspiradoras de varios momentos gratos.
Comencé a fijarme en detalles como la vestimenta de su madre o su hermana, ver sus piernas, sus jeans, sus bocas, sus ojitos, me masturbe muy rico esa mañana.
Ya saciado y con la instalación de Windows por finalizar estaba tomaba un cafecito cuando llego mi señora.
Maria, besa y se dirige a la habitación para ponerse más cómoda, a la pasada alcance a manotear su cola, ella río.
Desde la habitación y asomando por la puerta me dice, mientras se colocaba una remera rosa con la estampa de Mickey Mouse, si estaba caliente.
Le respondí que ya no, que hasta hace un ratito lo estaba pero que lo solucione, no daba más.
Ella riendo me dice si Sandrita me había movido el culo lo que negué y agregue que me había calentado viendo unas fotos de su PC, y comencé a reír.
Ella agrego jocosa: "jaja, dilo en chiste!!!"
Esta noche subiré las fotos al foro para que los chicos las vean y se masturben con ellas.